SIRSHASANA
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Al igual que consideramos Sarvangasana (La Postura sobre los Hombros) como la Madre de los asanas, Sirshasana se puede considerar como el Padre, y de la misma manera que los dos padres son necesarios para mantener la paz y la armonía del hogar, la práctica de estos dos asanas es esencial para mantener el cuerpo sano y la mente tranquila y en paz.
Los textos antiguos se refieren a Sirshasana como “El rey de los asanas” y no les faltan razones. El cráneo encierra el cerebro, que controla el sistema nervioso y los órganos sensoriales. El cerebro es el asiento de la inteligencia, los conocimientos, la discriminación, la sabiduría y el poder. Es el asiento de Brahmán.
Un país no puede prosperar sin un rey adecuado o un cabeza de estado que lo guíe; de igual manera el cuerpo humano no puede prosperar sin un cerebro sano.
El Bhagavad Gita dice: "La armonía (sattva), la movilidad (rajas) y la inercia (tamas) son las cualidades que nacen de la materia; y atan fuertemente, oh gran guerrero (Arjuna), al Morador Indestructible del cuerpo." Todas estas cualidades proceden del cerebro, y algunas veces prevalece una de ellas y otras veces las otras. La cabeza es el centro de las cualidades sáttvicas (armonía, equilibrio) que controlan la discriminación; el tronco el de las cualidades Rajásicas (movilidad) que controlan las pasiones, las emociones y las acciones; y la región situada debajo del diafragma el de las cualidades tamásicas (inercia), que controlan los placeres sensuales, como los placeres de la comida y la bebida y las sensaciones y los placeres del sexo.
La práctica regular de Sirsasana hace llegar más cantidad de sangre bien oxigenada a todas las células del cerebro. Esto las rejuvenece de manera que aumentan los poderes del pensamiento y los pensamientos se vuelven más claros. Este asana es un tónico para la gente cuyos cerebros se fatigan enseguida. Asegura un suministro de sangre apropiado a las glándulas pituitaria y pineal. Nuestro crecimiento, salud y vitalidad dependen del correcto funcionamiento de estas dos glándulas.
Personas que padecían perdida de sueño, memoria o vitalidad, se han recuperado gracias a la práctica correcta y regular de este asana. Los pulmones ganan el poder de resistir cualquier clima y de aguantar cualquier trabajo, lo que le libera a uno de catarros, toses y palpitaciones. Mantiene el cuerpo caliente. La práctica regular de Sirsasana mostrará una remarcable mejora en el contenido de hemoglobina de la sangre.
No es aconsejable comenzar la práctica de asanas con Sirsasana y Sarvangasana cuando uno sufre de tensión alta o baja, es mejor realizarlas al final de la práctica.
La práctica regular de Sirsasana desarrolla el cuerpo, disciplina la mente y amplia los horizontes del espíritu. Uno se vuelve más seguro de sí mismo y ecuánime ante el dolor y el placer, las pérdidas y las ganancias, la vergüenza y la fama, las derrotas y las victorias.
BENEFICIOS
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Al revertir los efectos normales de la gravedad, descansa el corazón, mejora la circulación sanguínea y elimina la presión de la parte baja de la espalda.
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Mejora la memoria, la concentración y perfecciona el funcionamiento de todos los órganos sensoriales.
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Regula el funcionamiento del sistema respiratorio.
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Descansa profundamente las venas de las piernas y previene contra varices.
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Colabora en la descongestión de los órganos abdominales.
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Equilibra el funcionamiento glandular en general.
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Aumenta la capacidad de resistencia del organismo.
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Fortalece la espina dorsal.
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Tonifica extraordinariamente todos los músculos del tronco, del cuello y de los brazos.
CONTRAINDICACIONES Y PRECAUCIONES
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Lesiones en el cuello
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Glaucoma
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Lesiones en la espalda
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Menstruación
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Problemas coronarios
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En caso de embarazo se puede practicar esta postura siempre que la persona esté bien acostumbrada a ella. Se recomienda no comenzar la práctica de esta postura si está embarazada y no la ha practicado antes.
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No practicar esta postura por su cuenta, es preciso contar con la supervisión de un profesor de yoga.
EJECUCIÓN PASO A PASO
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Arrodíllese y coloque los codos en el suelo, asegúrese de que no se separen más que la anchura de los hombros.
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Entrelace los dedos de las manos y forme un trípode con los codos y las manos. La base de la postura debe estar firme, sienta la firmeza de este trípode.
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Coloque los antebrazos rectos, alineando los codos con los hombros y junte los omoplatos detrás, sobre la espalda, relaje el espacio entre los omoplatos y abra el corazón. La posición de los brazos, hombros y omoplatos es clave para realizar esta postura. Mantenga todo el tiempo los hombros fuertes y el corazón relajado, no curve la espalda.
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Estire las rodillas y eleve los glúteos hacia el techo, apoyándose bien en los codos, mantenga los hombros bien altos, no los colapse ni curve la espalda. Vaya acercando los pies de manera que la espalda se vaya colocando lo más derecha posible y eleve los ísquiones hacia el techo. Apoye todo el peso entre los codos y los brazos. Aprenda primero este paso antes de apoyar la cabeza en el suelo, esta posición se llama “La postura del delfín”.
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No hay que tener prisa en este paso, puede que necesite meses antes de poder pasar a apoyar la cabeza en el suelo.
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Practique este paso todo el tiempo que necesite hasta sentir que tiene fuerza en los codos, brazos y hombros, y que el pecho está bien alto, con la espalda derecha, solamente entonces pruebe a apoyar la cabeza en el suelo.
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Es de suma importancia saber el punto de la cabeza que tiene que apoyar en el suelo, de manera que la cabeza le ayude a mantener el equilibrio pero que no esté comprimiendo las vértebras cervicales. La parte de la cabeza sobre la que tiene que apoyarse es la fontanela, la parte más alta de la cabeza cuando está de pie. No obstante, al principio es mejor que coloque la parte de delante de la cabeza, más hacia la línea con la frente, de manera que se asegure de mantener la curvatura natural en el cuello, y que cuando levante las piernas no siente compresión en las vértebras cervicales.
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Una vez que tenga la espalda derecha, y los pies lo más cerca posible, podrá fácilmente levantar los pies del suelo, se levantarán solos, ya no hay peso en los pies.
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En ese momento flexione las rodillas y eleve los pies del suelo.
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Realice esta media postura con las piernas dobladas hasta que se sienta seguro y pueda estirar completamente las piernas y realizar la postura completa. No tenga prisa. Desarrolle lentamente pero con seguridad la fuerza y estabilidad de su cuerpo.
POSTURA COMPLETA
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Al principio, hasta que desarrolle suficiente fuerza y equilibrio, solicite la ayuda de alguien para que se coloque detrás de usted, para asegurarse de que no se va a caer si pierde el equilibrio mientras va estirando las piernas hacia el techo.
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Como alternativa se puede usted colocar cerca de una pared, la pared es para darle confianza y para que usted se pueda apoyar sólo en caso de que se vaya a caer, pero no para apoyarse en ella mientras mantiene la postura, esto puede causarle problemas si no está usted muy bien colocado. Cuando está bien colocado la postura se sostiene sola, no necesita usted de la pared.
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Mantenga la postura muy poquito tiempo al principio, cuidando de que el cuello y la cabeza estén bien colocados y que no esté poniendo presión en las cervicales.
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Con la práctica asidua, al ir desarrollando más fuerza y conciencia de la postura, se irá dando cuenta cómo tiene que colocarse para mantener la postura con total confianza y seguridad.
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Cuando la postura es segura y firme uno se siente relajado, puede descansar en ella y mantenerla varios minutos.
